Pedro, que vivió en Londres siete años, que trabajó allí como profesor de español y francés en un instituto de los considerados duros, en una zona rebosante de refugiados e inmigrantes de todos los lugares imaginables del mundo conocido, es ahora un comprometido profesor de inglés en un instituto del oriente asturiano, vive en pareja y tiene dos hijos; rebosa de inquietudes y siempre quiere aprender más y más. Se puede decir que es una persona feliz.
El día que cumplió 32 años, a su casa de Crystal Palace llegó un mensajero de FedEx con un paquete muy bien envuelto. Sorprendido, lo abrió con calma, con tiento. Dentro se encontró un single, de los de vinilo, “Vem” del grupo portugués Madredeus. “Joder, qué raro”, pensó mientras buscaba inútilmente cualquier atisbo de remitente, pero allí sólo estaba escrito en letras muy grandes “Vem”, y en la parte de abajo, en letra muy pequeña, “te pertenezco hasta el fin del mar, soy como tú, de la misma luz, del mismo amor” “Es raro de cojones, en 1994 sólo sacaban singles en versión CD… creo”. Conocía a Madredeus, pero nunca antes había sucumbido a la mágica y envolvente voz de Teresa Salgueiro. En su viejo tocadiscos Philips puso el single sin antes acordarse de cambiar de 33 a 45 revoluciones por minuto. Vuelta a empezar. Aguja de nuevo al principio.
Vem, além de toda a solidão
perdi a luz do teu viver
perdi o horizonte
Está bem
Prossegue lá até quereres
Mas vem depois iluminar
Um coração que sofre
Pertenço-te
Até ao fim do mar
Sou como tu
Da mesma luz
Do mesmo amar
Por isso vem
Porque te quero
Consolar
Se não está bem
Deixa-te andar a navegar
No tiene ni la más remota de las ideas, pero cada cinco de octubre se acuerda de buscar este single, de escucharlo, de llorar sin sentido a moco tendido cantando con Teresa cada sílaba, cada sonido de la canción. Vem, Vem… Ven, ven, ven…
– Pero, Pedro, ¿qué te pasa? Es muy raro, amor, cada año con este cuento… Yo no entiendo nada.
– No lo sé, vida, no tengo ni puta idea… Es algo raro que me llama y me obliga a escuchar esta canción, a cantarla una y mil veces, a sufrir con ella… Pero, tranquila, no pasa nada, sabes que mañana ya volveré a estar bien, que volveré a tener mil cosas en la cabeza…
Reblogueó esto en VIAJES AL FONDO DEL ALSAy comentado:
El epílogo. Ahora sí, this is the end, my friends…
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Me gustó el epílogo. Tuve que escuchar la canción en youtube, porque aquí no sale para mi país. Es una canción muy triste. Entiendo el sentimiento de Pedro al escucharla todos los años.
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Esa tristeza bonita que sólo el idioma portugués puede transmitir… Aunque este epílogo está escrito muy a posteriori, me daba la impresión que tenía que acabar la novela con Pedro. Es lo justo.
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não gosto de fado mas Teresa Salgueiro é muito mais do que uma voz – é a essência da portugalidade!
josé
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Me encanta este «Epílogo» tuyo, así que espero con ansia que algún día nos regales la «Introducción», para enfrascarnos mucho mejor en la historia.
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Puedes leer toda la novela empezando por la entrada cuyo título es ANTES. Gracias, tocayo.
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Pues la leeré «antes» que «después» con todo el gusto del mundo.
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Gracias, todo un honor, tocayo.
Un abrazo.
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